miércoles, 28 de octubre de 2009

y si hay algo ahi?

Recuerdo aquellos viejos cines cercanos al campus donde solían proyectar películas de arte, esas que el resto hacia a un lado al leer la cartelera disponible en la ciudad.

Aquel día decidí acudir en miércoles para ver el segundo filme de Aronofsky, primera cinta rentada años atrás en formato VHS me había dejado un grato sabor de boca y este nuevo trabajo prometía mucho.
Aquella época de introspección personal y propia aceptación estaban llenos de actividades en solitario; por lo que ese miércoles de otoño me hice acompañar solo de un café.

El filme resulto una delicia, tanto que se gano un lugar en mi videoteca personal; el haber entrado a la sala cuando las luces estaban ya apagadas no dejo ver las pocas personas con las que compartía aquel festín visual, hasta el término de la función… ahí estaba él, si Bruno, el mismo con el que a diario cruzaba miradas en los pasillos de la escuela y al que nunca me atrevía a hablarle.
Muchos fueron los momentos de estimulación artística que compartimos en los años siguientes… tantos que sería imposible recordar el mejor de todos.

Hoy exhiben una cinta francesa que se ve buenísima, el cine es cercano y la tarde gris acompañada del viento de otoño son el marco perfecto para no dejarla pasar; Bruno está lejos, como lo están los amigos con los que solía compartir estos momentos.

Asi que pasare de nuevo por un café…

A final de cuentas… hay una página en blanco por escribir.

2 comentarios:

  1. Yo digo que no desesperes, para todo hay tiempo, y las cosas cocinadas a fuego lento, salen mejor (Que una sopa maruchan).

    Extraño a mi cómplice, te entiendo (OTRAAA VEZ)

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  2. Con el tiempo, los amigos siempre se dispersan... A veces, casi nunca, así es mejor...

    Espero hayas disfrutado la peli aún sin cómplice.

    Saludos!

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